Flores, colores y espacios en las pinturas de Mario Prieto Trujillo

En las vacaciones de Semana Santa del año 2009 tuve un acercamiento muy especial con el mundo de la pintura.
Mi familia y yo nos pusimos en marcha para llegar al Estrecho de Gibraltar donde tomaríamos un barco que nos llevaría a Ceuta con el propósito de ver la exposición organizada en el Museo de las Murallas Reales.
Cuando puse un pie en el barco empecé a notar una extraña sensación, es como si una parte de mí se agitase porque por fin iba a encontrarme con la ciudad que había marcado parte de la vida de mi familia y la de un gran pintor.
Sobre Mario Prieto Trujillo sabía que fue una persona que destinó la mayor parte de su tiempo a su familia, a su trabajo y a su pintura. Pero fue en este encuentro cuando establecí un contacto con él, no sólo con su arte sino con todo aquello que tenía que ver con esta acogedora ciudad y la unión familiar.
La obra de Mario es bastante extensa y está realizada en distintas técnicas como acuarelas, tintas, ceras, óleo, pintura especial para telas y también con rotuladores, algo que sorprendió a muchos.

Dentro de sus óleos se pueden contemplar distintos motivos como jarrones y floreros, responsables de causar sensación en el espectador que queda impactado por los colores tan vivos empleados, así como la luz que aporta volumen al cuadro.
También utiliza dicho material para pintar paisajes marinos y rurales en los que se puede apreciar la manera en que ha trabajado la pincelada, ya sean trazos rugosos, paralelos, oblicuos, diagonales...

Cuando llegamos a las acuarelas volvimos a encontrar las flores en los jarrones, pero esta vez aparecen representadas de una manera más suave y abstracta, de manera que la figura deja de tener protagonismo y la gama de colores pasa a ser el elemento principal de la obra.

El artista también utilizó la acuarela para captar escenas marinas y de barcos. En esta etapa utiliza una pincelada muy aguada para mostrar distintas sensaciones, tanto un mar en calma como una sucesión de olas con un sol detrás. También es muy significativo el propósito que tiene de reflejar el movimiento en estos temas.

La siguiente parte de la exposición consistía en creaciones realizadas por el artista empleando distintos materiales spray, cera, rotuladores, papel fotográfico, telas pintadas, témperas, etc. Esta representación hecha a partir de técnicas mixtas no dejó indiferente a nadie porque vimos a un artista que supo hacer uso de herramientas tan comunes para realizar estas composiciones insólitas.

Así fue como a través de sus pinturas conocí a Mario Prieto Trujillo, una gran persona y un gran artista. Aunque no llegué a conocerle en persona pude percibir la manera que tenía de ver la vida, su carácter extrovertido e incluso el afecto que tenía por su familia, era como si estuviese allí mismo.